Suele manifestarse por primera vez durante los años más difíciles y convulsos de la adolescencia, con las hormonas revolucionadas en una orgía de acné, puntos negros, exceso de sebo e inseguridades.
Pero puede aparecer a cualquier edad y, además, ningún tipo de cabello se libra de ella. Sí, la caspa es como un vecino que se presenta sin avisar y que nunca sabes cuándo se irá. Y es que en el momento en el que esas pequeñas escamillas blanquecinas empiezan a caer del cuero cabelludo, tanto la autoestima como nuestra imagen pública corren serio peligro.
El responsable de que los hombros se nos llenen de estos antiestéticos copos, que pueden ser grasos o secos, es un hongo del género Malassezia que se encuentra de manera natural en la piel y el cuero cabelludo y que se alimenta del sebo de la superficie cutánea, descomponiéndolo en ácido oleico.
Y aquí está el problema porque casi la mitad de la población mundial es sensible a esta sustancia que causa irritación, enrojecimiento y picores y que provoca que las células muertas se desprendan más rápidamente y en mayor cantidad. Algo que aumenta en la época veraniega ya que las altas temperaturas, la exposición prolongada a la radiación ultravioleta y la humedad de playas y piscinas son la gasolina preferida de este microbio unicelular. Y, como casi siempre, la predisposición genética y el estrés son también factores a tener en cuenta.
Para mantener la melena libre de caspa es necesario un enfoque multidisciplinar que combine nutrición y cosmética. Por un lado, incluye en tu dieta diaria alimentos ricos en vitaminas B y C y, sobre todo, en azufre, indispensable para la salud de la piel porque interviene en varias reacciones metabólicas necesarias para el correcto funcionamiento del organismo.
El ajo, la cebolla, la miel, los dátiles, las nueces, los huevos y frutas como las fresas y las peras contienen grandes cantidades de este elemento químico esencial. Eso sí, evita el tabaco y los azúcares porque dificultan su absorción. Por otro lado, los shampoos elaborados con piritionato de zinc (el mítico zinc pyrithione) y ácido salicílico son grandes aliados para acabar con la caspa ya que tratan a la vez las causas y las consecuencias.
Para evitar la caspa, hay que mantener el pelo limpio a diario. En el caso de que el cabello se encuentra con suciedad, lo más probable es que tengas picor en la cabeza y al rascarte originarás más caspa. Procura lavarte la cabeza una vez al día con un shampoo con un pH de 5, aproximadamente. No te olvides tampoco de limpiar los utensilios que emplees para el peinado, como los peines y cepillos, y tampoco los compartas.